Fibromialgia ¿Cómo controlar sus síntomas?

No confundas la fibromialgia con la artritis.

La fibromialgia y la artritis son enfermedades reumáticas. Es decir, son inflamaciones dolorosas de tejidos musculares o fibrosos del cuerpo causando un dolor crónico en la persona afectada. Sin embargo, aunque presentan muchos síntomas parecidos, esto no quiere decir que la fibromialgia y la artritis sean el mismo padecimiento.

Entonces ¿qué es la fibromialgia?
La fibromialgia es una afección de origen desconocido que provoca un dolor severo en músculos y huesos. En esta enfermedad, el dolor no permanece sino que surge en brotes intermitentes. Hasta el momento, los especialistas reconocen que la enfermedad afecta a más mujeres -especialmente de mediana edad- que a hombres. Aún así, todavía no hallan la causa de este fenómeno.
Recientes investigaciones apuntan a clasificar la fibromialgia como un desorden neurológico. Las conclusiones de nuevos estudios parecen revelar una respuesta exagerada al dolor, producto de una sensibilización anormal del sistema nervioso central. Es decir, que los estímulos que una persona percibe normalmente, en afectados con fibromialgia ocasionarían el dolor severo.
Debido a las particulares características de la enfermedad, todavía no hay una cura para la fibromialgia. Aún así, los síntomas pueden tratarse y el afectado puede llevar una vida perfectamente normal. Simplemente debe estar atento a los signos de la fibromialgia para evitar en lo posible un brote de larga duración.

Identifica la artritis
En el caso de la artritis, los dolores son crónicos pero no afectan a todo el organismo. La artritis es una condición autoinmune que ataca con mayor fuerza a las articulaciones. Uno de los signos más visibles de esta dolencia es la rigidez articular que va empeorando con el paso del tiempo. A diferencia de la fibromialgia, la artritis sí presenta cambios en el funcionamiento del organismo, lo que facilita su diagnóstico.
Por lo general, una radiografía es suficiente para identificar la inflamación en las articulaciones y en ocasiones, una leve deformación. Este último signo estará presente durante toda la vida del paciente, ya que no es posible revertirlo. Para evitar la progresión de este síntoma, los médicos recomiendan sesiones de fisioterapia y ejercicios que fortalezcan a las articulaciones más propensas a perder su fuerza y su forma.
A pesar de que las dos enfermedades son distintas, se cree que entre un 13 y 17% de pacientes con artritis, también padece de fibromialgia. Por desgracia, las personas afectadas por las dos condiciones también son más proclives a desarrollar afecciones cardíacas, trastornos de ansiedad o depresión o diabetes.