DIAGNOSTICO
No existe una prueba específica para diagnosticar el lupus y se pueden tardar meses o años a detectarlo. Para hacer un diagnóstico, el médico/a tendrá que considerar, entre otras cosas: el historial clínico, un examen completo, unas pruebas de sangre, una biopsia de la piel, una biopsia de los riñones. Para llegar a un diagnóstico firme y para hacer estudios científicos, muchos médicos usan los llamados “criterios clasificatorios”, que son manifestaciones clínicas y resultados analíticos frecuentes en el lupus. Los criterios más utilizados son los del Colegio Americano de Reumatología. Sin embargo, los médicos expertos pueden llegar a hacer el diagnóstico de lupus si las manifestaciones clínicas y de laboratorio son muy características, aunque no se constaten los cuatro “criterios”.
TRATAMIENTOS
Los médicos utilizan los tratamientos agresivos durante un periodo, el más corto posible. De momento no existe cura por el lupus pero se puede controlar la enfermedad con un programa de tratamiento y monitorización adecuada. De este modo, la mayoría de los enfermos pueden disfrutar de una expectativa de vida normal.
Antiinflamatorios Están indicados para enfermos que sufren principalmente de dolor muscular y articular.
Antitrombóticos: la aspirina (antiagregante), la heparina y el sintron (anticoagulantes), son medicamentos para prevenir y tratar las trombosis (coágulos de sangre) que también pueden aparecer en los enfermos de lupus.
Antipalúdicos o antimaláricos: son los tratamientos de base del lupus. Su uso es recomendable para todos los pacientes de lupus; excepto si sufren intolerancia o efectos secundarios (poco frecuentes). La hidroxicloroquina y la cloroquina son los más utilizados.
Los corticoides (esteroides): como la prednisona son de una importancia vital en el tratamiento del lupus. Son muy efectivos contra la inflamación y para desactivar las fases activas de la enfermedad. La dosis dependerá de la gravedad de los síntomas y será disminuida gradualmente o retirada una vez la enfermedad esté controlada.
Inmunodepresores: estos se utilizan en los casos más graves. Los más comunes son: metotrexato, azatioprina, ciclofosfamida y micofenolato.
Las terapias biológicas: son aquellas que se sintetizan o se crean a partir de proteínas humanas o células vivas, a diferencia de las que no son biológicas, que se crean mediante una combinación de agentes químicos. Se utilizan actualmente para los casos graves que no responden a los otros tratamientos inmunodepresores. Los más utilizados son el belimumab y el rituximab
CONSEJOS Y RECOMENDACIONES
El enfermo de lupus necesita adaptarse al ritmo que la enfermedad y los efectos de la medicación le imponen. Cuando esta adaptación se consigue la calidad de vida mejora notablemente.
Estos consejos te pueden ayudar: • Infórmate debidamente sobre el lupus • Disminuye la fatiga a través del descanso y reduciendo el nivel de actividad diario • Trata de disminuir el estrés y de resolver la depresión, el dolor y el enojo • Evita la exposición solar directa y también las luces fluorescentes • Ser franco con tu familia y amigos, explícalos lo impredecible que el lupus puede llegar a ser • Pide ayuda a tus familiares, amigos y profesionales de la salud cuando la necesites
El paciente con lupus puede llevar una vida normal desde el punto de vista familiar, laboral y social. La dieta tiene que ser equilibrada con alimentos con bajo contenido en grasa, sal y azúcar y alto contenido de fibra. Las personas que están tomando corticoides tienen que limitar el consumo de azúcar, grasa y sal. Si hay afectación renal o hipertensión arterial hay que evitar los alimentos salados. Es aconsejable realizar actividades como caminar, nadar o montar en bicicleta, para prevenir la debilidad muscular. También hay que aprender a alternar las actividades habituales con periodos de descanso, para controlar la fatiga característica del lupus.
Dr. Mata Darío Oscar – Director Médico
MN 90573 – MP 70935